martes, 1 de septiembre de 2015

El aroma de Javier Bengoetxea

Ayer te despedimos en los Santos Juanes. Nos dejaste casi por sorpresa, humilde, apasionado de la vida y del compromiso. de un compromiso militante por la concordia, la reconciliación, la paz. Nunca te conformaste con el ya vendrán tiempos mejores, ya irá mejorando la convivencia en nuestro pueblo. Eras hombre de pensamiento y acción, Te dolía en el alma un pueblo herido por la injusticia, la intolerancia.Te dolían las personas más preocupadas de tener las manos en los bolsillos, calientes, inmaculadas y echabas de menos aquellas que extienden las manos fuera del refugio, ofrecidas al otro, a los demás, no importaba su posición intelectual o política. Mucho menos si era una de tantas y tantas víctimas silentes, anónimas, sufrientes que anidan entre nosotros. Pero tu generosidad no se consumía, no se conformaba con lo local. Tus análisis, reflexiones y aportaciones llegaban a Iberoamérica, al Sahara, allí donde la injusticia y la incomprensión tomaba carta de naturaleza. Tenías muy claro que las grandes redes de la generosidad colectiva se nutren de los detalles diarios, pequeños, de personas como tú. Te conocí hace apenas tres años, sensibilizado y movilizado con herramientas entre tus manos como el testimonio de Glencree como camino de reconciliación entre dispares idénticos en el sufrimeinto y la necesidad y tuvimos ocasión de montar dos sesiones públicas en Deusto de sensibilización y reflexión Mostraste una vía de mucho más calado que la mera convivencia. Javier, eras, eres, aroma de reconciliación.