jueves, 10 de noviembre de 2011

Veinticuatro horas tras tu marcha, Reverenda

Han transcurrido ya veinticuatro horas desde tu partida a nuevos destinos y compromisos. Aunque de entrada nos sentimos un poco huérfanos (yo el primero) la vida, el día a día va a conducirnos a nuevos retos en los que aplicar las muchas enseñanzas que nos has dado a manos y espíritu llenos. Seguimos, sigo, en comunicación, en comunión contigo reforzando más si cabe nuestro vínculo de amistad y manos unidas.